lunes, 13 de junio de 2011

FRACTALES DE DIOS -

FRACTALES DE DIOS        


 

Aprendemos sobre nuestro interior a través de lo externo. A imagen y semejanza de Dios. Cuando la Gran mente universal decidió experimentarse a sí misma lo hizo a través de la expansión de infinitas partículas de su Todo, de las que nosotros formamos parte.

¿ Cómo podía Dios conocerse a sí mismo sino expandiéndose y experimentando a través de sus fractales ? de las infinitas formas, colores, sonidos, secuencias, vibraciones que forman el Universo ?

¿ Cómo podemos nosotros conocernos a nosotros mismo sino es experimentando a través de todo aquello que reflejamos fuera , a través de nuestros relaciones, situaciones, experiencias, emociones ?

Es un mecanismo que funciona del mismo modo arriba y abajo. En el macrocosmos y en el microcosmos. Como es dentro , es fuera.

Pensar, sentir, experimentar e integrar. Esta es la pauta que marca el ritmo de la evolución de todo el Universo. En cualquier dimensión , en cualquier escala.

Integrar es obviamente la parte más difícil, y por eso, necesitamos a menudo repetir ciertos patrones , experiencias, vivencias, hasta integrarlas totalmente. Una vez integrados, y sólo entonces, desaparecen. Ya no tienen razón de existir. Ya no las necesitamos.

En esta rueda de Sabiduría y Amor que es el Universo, los seres humanos jugamos un papel fundamental :

Hemos venido a experimentar la conciencia en la materia. Lo divino en lo humano. Lo trascendente en lo terrenal. A unir Cielo y Tierra.

Y es una ardua tarea. Nada fácil. Aunque en realidad el principio es muy sencillo.

La paradoja es que cuanto más simple y más sencillo es , más difícil nos resulta a menudo. Cuanto más sintetizado, más complicado de integrar. Y difícilmente lo conseguimos hacer nosotros solos. Necesitamos interactuar para ayudarnos a recordar.

A recordar que venimos de la Unidad, y de la perfección del espíritu. Solo que la densidad de la materia nos hace olvidarlo fácilmente..

Por eso cuando integramos una experiencia nos sentimos como si siempre hubiera sido así, y a menudo , nos decimos " como puede ser que no lo haya visto hasta ahora". En realidad, solo recordamos una verdad ya conocida. Y a eso, le llamamos Plenitud. Paz, Armonía.

Es como ir encajando piezas en un puzle.. Hasta que llega el momento que podemos ver el dibujo entero, aunque todavía falten algunas por colocar, ya podemos imaginarlo, comprenderlo , y sentir la alegría del descubrimiento, la alegría de la integración de una experiencia que nos devuelve nuestra completitud original.

Y casi siempre acabamos descubriendo que detrás de cada experiencia dolorosa o paralizadora, hay una falta de Amor hacia nosotros mismos, una desconexión del recuerdo de nuestra perfección original.

Cuando unimos la Sabiduría ,que es el aprendizaje de esa experiencia, con el Amor, que es la aceptación y el perdón hacia nosotros mismos, estamos añadiendo una nueva pieza al puzle de nuestra existencia.

Y cuando empezamos a ver el puzle completo.. podemos decir que sabemos quienes somos, y podemos sentirnos parte de esa Unidad. Recordamos nuestro YO SOY, que es Amor ,Sabiduría y Poder divino. Y sentimos la inmensa plenitud de vibrar y expandir esa vibración

Entonces recordamos que somos fractales de Dios.

Esther Beltrán

13/6/2011 -

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