sábado, 8 de octubre de 2011

SOBRE LA ACCION Y EL RITMO : YIN Y YANG


SOBRE LA ACCION y EL RITMO : EL YIN Y EL YANG


El Universo es movimiento. La energía es movimiento. La vida es movimiento.
Existimos en constante movimiento. 
Sin embargo ese movimiento ,que es la Creación misma, tiene un ritmo. Y ese ritmo es cambiante. Se acelera y se desacelera en función de los ciclos que marcan las leyes universales.
Nosotros somos micro –universos y también tenemos nuestro ritmo. Hay ciclos en nuestra vida que requieren ralentizar, frenar, reflexionar.. Son periodos de interiorización, marcados por una energía yin, introspectiva, lenta, meditativa.  Es la energía de la gestación. La energía femenina que precisa esa quietud para germinar y alimentar.
Sin embargo, en otros periodos necesitamos la acción, el movimiento, el ritmo  acelerado, la energía Yang creadora, activadora, impulsora. Una energía mucho más rápida, contundente, que provoca cambios, que  materializa proyectos, que  empuja y moviliza. Es la energía masculina que precisa de la acción y el ritmo para crear.
Una sin la otra están incompletas. Y los excesos en un polo o en el otro pueden ser devastadores.
Demasiado yin nos puede llevar a un estado vegetal, inerte, depresivo, inmóvil. La gestación puede convertirse en degradación.
 Demasiado yang nos puede convertir en seres agresivos, violentos, avasalladores . La creación puede convertirse en destrucción.

Ambas son imprescindibles pero ambas en su justo equilibrio.

Nuestro espíritu , que es andrógino, necesita equilibrar en nuestra alma ambas polaridades, y eso no es fácil en nuestro plano tridimensional. Requiere de un esfuerzo y un trabajo personal intenso, y a menudo nos encontramos situados en uno de los dos polos, emulando al péndulo que va y viene de un extremo al otro, hasta encontrar su centro.

No hay proyecto que no sea primero gestado bajo la energía yin de la introspección, la reflexión o  la meditación. Y tampoco podría materializarse si no tuviéramos la energía yang necesaria para movilizar todas esas ideas y concretarlas en la densidad de la materia.

Podemos identificar nuestra polaridad predominante  en distintas etapas personales observando aquello que sucede a nuestro alrededor:  SI nuestro yang está muy activo, todo se moverá con mucha intensidad y no siempre de forma armónica. Si por el contrario es nuestro yin quien está demasiado activado, nuestra realidad estará paralizada.

 Equilibrando nuestro interior conseguiremos equilibrar también la realidad exterior que nos rodea. Por el principio de lo “que es dentro, es fuera; lo que es arriba, es abajo “. Nada está desconectado, sino que simplemente la energía vibra y se  materializa. Dependiendo del tipo de energía, la densificación de la misma nos mostrará una realidad u otra.
De todo esto podemos concluir que tan importante es en nuestra vida tener espacio para la meditación, la reflexión y la interiorización, como también para la acción, el movimiento , el ritmo. No podemos estar equilibrados si renunciamos a una de ambas energías. Yin y Yang son imprescindibles por igual en todo ser humano. Hombre o mujer.
Del mismo modo que necesitamos el día y la noche,  la acción y el reposo, necesitamos meditar y actuar para que nuestro ritmo vital sea armónico, equilibrado y alineado con el ritmo del Universo que  contiene esas dos mismas energías representadas en nuestro sistema solar por El Sol y la Luna. 

Cuando el Universo incrementa su “ritmo”, la aceleración energética que se produce en ciclos como el que estamos viviendo ahora  es especialmente importante. 
Si nuestro equilibrio es aceptable, tendremos la solidez necesaria para  poder absorber de forma más armónica esa aceleración.
Una vez más, el poder está en nuestro interior.  Es hora de tomar las riendas.

Solamente con observar lo que sucede a nuestro alrededor, identificaremos rápidamente si nos conviene tomar más tiempo para meditar e interiorizar , o sí quizás es momento de actuar y movilizar nuestra energía para crear un nuevo proyecto  o simplemente despertar y materializar  aquellos que estaban dormidos.
Que el Sol Padre te llene de luz  y la Madre Tierra vierta sobre ti todas sus bendiciones.


Esther Beltrán
7 de Octubre del 2011.




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