UNIENDO CIELO Y TIERRA : LA COHERENCIA PSICO-ESPIRITUAL
El camino del despertar y la evolución del ser humano en
estos tiempos tan trascendentes es especialmente intenso y delicado.
Vivimos un tiempo emocionante, sentimos el regreso, crecemos
constantemente, adoptamos nuevas vibraciones de frecuencias muy altas y
desconocidas en nuestra realidad mundana.
Y el proceso es bello pero a menudo también duro, doloroso y
no exento de riesgos. Aprender a desprenderse de lo viejo para adquirir nuevas
vestiduras no es tarea fácil.
Todo este gran avance que la humanidad está llevando a cabo
contiene un alto grado de compromiso. Todos escogimos estar aquí y ahora. En
este preciso instante de ascensión planetaria. Con todo lo que conlleva. Con
las pérdidas, la resolución del karma, la conexión con nuestra alma y a través
de ella con el plan divino, con el Espíritu, con el Creador.
Sin embargo, todo ello no es algo separado o ajeno a nuestra realidad material. Sino todo lo contrario. El gran reto es ser capaz de traer toda esa nueva vibración de 4º y 5º dimensión a la Tierra. Y eso que parece obvio, no lo es tanto en la práctica.
Sin embargo, todo ello no es algo separado o ajeno a nuestra realidad material. Sino todo lo contrario. El gran reto es ser capaz de traer toda esa nueva vibración de 4º y 5º dimensión a la Tierra. Y eso que parece obvio, no lo es tanto en la práctica.
Es un gran trabajo personal aplicar la espiritualidad, y sostener esa nueva vibración en nuestro día
a día. En nuestras relaciones, en nuestro hogar, con nuestros hijos, parejas,
en el trabajo o en el supermercado, en nuestras actitudes, en nuestros hábitos,
en nuestras pautas de comportamiento,…
Hay almas que pese a haber hecho un gran trabajo evolutivo
en su espiritualidad, no consiguen sostener unos mínimos de coherencia en su vida diaria terrena.
No se trata solamente de meditar, de hacer cientos de cursos,
de asistir a eventos sanadores, de participar en actos solidarios, sino que el gran trabajo viene después: aprender a integrar toda esa vibración en lo
cotidiano.
Eso es unir Cielo y Tierra. Ni más ni menos. No es suficiente con poner nuestra mejor intención en sanar al planeta si después en nuestras vidas vibramos de forma incoherente…. Primero debemos auto-sanarnos.
Sentir, pensar y actuar en la misma dirección es el objetivo
de este llamado salto cuántico. Y a menudo, esa discordancia o dificultad nos
puede llevar a un estado de contradicción interna que en algunos casos puede
llegar al extremo de convertirse en patológica.
Y eso ocurre cuando tensamos el arco de nuestra propio ser
hasta límites que pueden llevar a la rotura.
Es un momento en el que hay almas a las que sentimos
perder. La batalla entre luz y oscuridad es real. Pero no está fuera, sino dentro. Y aunque es cierto que la luz
siempre tiene más fuerza, no siempre consigue la victoria. Porqué la Luz es
también nuestra elección.
La gran intensidad energética en la que está entrando Gaia y
todos nosotros requiere mucha coherencia. Nos hace tensar ese arco. Cuanta más
alta es la vibración más fuerte la exigencia de compromiso con el proceso de
ascensión, y eso conlleva la impecabilidad con nuestro entorno, con nuestras
actitudes, nuestros pensamientos, actos, conductas.
Ya no vale echar balones fuera. No podemos culpabilizar a nada ni a nadie. Tan solo responsabilizarnos de nuestra creación.
Ese es el gran trabajo evolutivo que tenemos. Todo lo demás
son herramientas. Meditar, hacer cursos, participar en talleres, hacer actos de
servicio, y un largo etc..
Pero no perdamos de vista el objetivo. Porqué a menudo vemos
seres confundidos que confunden la herramienta con el objetivo, y creen que con
participar en ciertas enseñanzas o actividades ya está garantizada su evolución. Y no es así. Ahora ya no. Ahora es el momento de empezar a
aplicar lo aprendido. A Unir Cielo y Tierra. Nosotros somos quienes hemos escogido
esta misión desde tiempos inmemoriables.
Pero estamos aquí y ahora. Por elección propia, no por azar.
Revisemos cada día , sin culpabilizarnos, pero sí siendo
Observadores de nuestras actitudes, de nuestras acciones y pensamientos.
Reconozcamos de verdad nuestra Divinidad y nuestra Responsabilidad. Tomemos
conciencia de nuestras incoherencias, menores o mayores. Hacerlo ya es un gran
paso para conseguir el equilibrio.
En nuestras manos está hacer de Gaia el Paraíso Original,
unir Cielo y Tierra a través de nuestra coherencia espiritual y terrena.
Nos acercamos al ecuador del 2012, al mes de Junio. Se
percibe con fuerza ese punto álgido en el que está entrando Gaia y con ellas
todos nosotros. Más aún después de esta poderosa luna Wesak de Mayo. Es un momento importante, delicado, donde la balanza puede caer hacia un lado o el otro.
Sigamos pues trabajando en sostener nuestra vibración en
coherencia. En vivir nuestra vida de acuerdo a aquéllo que hemos aprendido.
El regalo más divino es poder participar en este Gran
momento. Y solo por ello, debemos estar profundamente agradecidos.
Que el Amor divino vibre en nuestro corazón humano, que la
Mente divina guíe nuestro pensamiento humano, que la Luz divina ilumine el camino de
nuestras almas..
Esther Beltrán
9 de Mayo 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se ha publicado una nueva entrada